Un buen manejo de la recría de terneras impacta en la economía del tambo

 

El impacto económico de una buena recría inicial de terneras en las lactancias futuras fue el tema expuesto en el ciclo de charlas online titulado “Granusa Academy”, que la empresa Granusa desarrolla en este periodo de cuarentena debido a la pandemia del coronavirus.

La disertación fue desarrollada por el Dr. Wilian Miola, gerente de Negocios de Leche de la compañía, quien indicó que la charla se centró en cómo hacer una buena recría inicial y el impacto de la vida de estos animales en el futuro. Durante su presentación, Miola también resaltó cómo manejar a los animales para lograr obtener una vaca de alta producción que a su vez tenga una eficiencia y así traiga un buen rendimiento en los tambos.

El profesional explicó que el principal problema es el manejo dentro del tambo. “En las terneras invertimos mucho dinero en cuanto a semen de alta genética, pero normalmente erramos en el manejo y en la alimentación del tambo. Como consecuencia, perdemos todo lo invertido en esta genética”, expresó.

Con relación a la importancia de un buen preparto, mencionó que hay muchos trabajos que hablan sobre la epigenética, el estudio de cómo la nutrición en preparto, manejo y estrés pueden influenciar en la expresión genética del recién nacido.

“Lo que hacés por la madre, también lo hacés para su hija. Por lo tanto, un buen confort y una buena alimentación con todos los controles adecuados para el animal, hará que la vaquilla tenga la capacidad de reflejar la genética”, resaltó Miola.

El desafío más importante para la recría es saber cuál es el número que se debe lograr para tener un buen resultado. La recomendación del expositor es que la vaquilla debe parir a los 24 meses de edad. “Si nosotros no logramos conseguir ese número, vamos a tener pérdidas económicas muy grandes”, añadió.

Asimismo, indicó algunos puntos importantes para poder hacer una buena recría. El primer objetivo es la realización de un buen calostraje, ya que de esta manera se evitará más del 60 % de los problemas de diarreas. El calostraje es muy importante porque va a dar la seguridad e inmunidad a la vaquilla.

La recomendación ideal es suministrar seis litros de calostro en las primeras seis horas de vida para que la ternera consiga defenderse de los problemas. Para la transición del calostro a la leche, Miola recomendó un consumo de seis litros durante los primeros 30 a 40 días por la capacidad del ternero al ser muy pequeño.

Luego, se sugiere bajar a cuatro litros y, finalmente, hasta dos litros. “La importancia de la baja gradual es también para tener un alto consumo de balanceado, y va a desarrollar el otro compartimiento del animal, que es el rumen”, destacó el disertante.

Miola, además, comentó que para el suministro de leche existen diferentes tipos de formatos que pueden ser considerados. Uno de ellos es trabajar directamente con la mamadera, también están los baldes con chupetes, especialmente para los tambos pequeños, y las amamantadoras automáticas. Para que la recría sea eficiente el productor también debe tener en cuenta la importancia del balanceado, la transición del destete y el uso de voluminosos. Finalmente, el profesional insistió en no olvidar a las vaquillas, principalmente, después de inseminarlas.

Por otra parte, recalcó tanto cuidado de las vermifugaciones internas y externas como las vacunas reproductivas. “Tenemos que cuidar a los animales porque ellos son el futuro del campo”, concluyó Miola.

Posparto

“Posparto: alternativas para potenciar el inicio de lactancia en tambos, en momento de Covid-19” se denominó la charla presentada por el Dr. Alexandre Pedrosso, asesor técnico de Cargill Nutrición Animal, quien comentó que una vaca de alta producción entre las primeras tres semanas puede estar produciendo un promedio de 36,8 litros, pero de cuatro a siete semanas de posparto puede elevar su promedio a 47,3 litros, por ende, requiere de un manejo altamente eficiente para poder sostener el incremento de su capacidad productiva. Allí mencionó que la nutrición de esa vaca requiere del ensilaje de maíz como único voluminoso.

Además, acotó que es preciso incluir de 1 a 3 kg de heno y almidón. La suplementación ayuda en ese periodo, pero en cantidades moderadas con hasta niveles de 150 gramos por vaca/ día, durante el primer mes de posparto y hasta 300-350 gramos después de los 120 días.

Resaltó que uno de los puntos más importantes a considerar es la acidosis, porque perjudica mucho el consumo. Sobre este punto, explicó que en caso se darse una reducción del consumo, se tiene un efecto directo sobre el sistema inmunitario. Añadió que un CMS posparto más bajo significa menos leche y peor reproducción.

Recomendó tener muy en cuenta la fibra físicamente efectiva inadecuada, con la que se pueden ahorrar muchos problemas en caso de tener un buen manejo. Dijo que para cada cinco puntos porcentuales más en partículas largas en los restos de fibra se puede tener una reducción de 1,2 kg de leche por día y eso representa una disminución de 2.6 % de eficiencia.

Finalmente, comentó que dentro de una explotación lechera siempre se buscará una mayor estabilidad de los microorganismos en el rumen, porque mediante ello se tendrá menos daños a los degradadores de fibra y, en consecuencia, un ambiente ruminal más saludable.

Agregó que el consumo de agua es vital para todo animal lechero. Es así que el consumo se aumenta hasta un 100 % durante el estrés calórico, por lo tanto, si un animal no tiene agua suficiente, no producirá al nivel esperado.

Enfriamiento de vacas

Otra de las ponencias realizadas dentro del marco de Granusa Academy fue “Enfriamiento de vacas: métodos directos e indirectos para bajar la temperatura corporal en vacas lecheras”, ocasión en la que el Dr. Israel Flamenbaum, consultor técnico de Cow Cooling, indicó que las prioridades para el enfriamiento deben ser aquellas vacas secas y en preparto; es decir, las que están afrontando las tres últimas semanas de gestación.

Luego le siguen las vacas recién paridas en el periodo de las tres primeras semanas de posparto. Indicó que existe un orden de prioridades en el tambo. El primer en importancia constituye las vacas de alta producción durante los primeros 100 días en lactación. Luego deben ser atendidas las vacas a media lactación, de entre 100 a 200 días de lactación y luego, las vacas en fin de lactación, con más de 200 días en lactación.

Dijo que esto demanda inversiones en gastos fijos (ventiladores, aspersores y controladores), gastos en operación (luz eléctrica, agua, mano de obra) y alimentación adicional (0,5 kg de materia seca por litro adicional). Pero a la hora de enumerar los beneficios de la utilización del enfriamiento de las vacas, resaltó que son varios.

El primer punto es el incremento en la producción anual, considerando la conversión de comida a leche; ahorro en gastos energéticos para activar mecanismos fisiológicos de mitigación de calor y mejora en la tasa de concepción, teniendo en cuenta la reducción de días abiertos y descarte involuntario.

Explicó que casi el 100 % de los productores del mundo están conscientes del problema e intentan enfriar a sus vacas, pero el 99 % de ellos no logra hacerlo adecuadamente. Expresó, finalmente, que invertir dinero en enfriamiento sin resultados es igual a perder dinero; en cambio, invertir dinero en enfriamiento con resultados es igual a ganar mucho dinero.

Granusa es una empresa nacional que trabaja, principalmente, en la ganadería de precisión, no solo con el suministro de productos de calidad, sino con un concepto técnico, proveído por un plantel de profesionales altamente capacitados en nutrición animal.

El propósito de Granusa Academy es brindarle al productor conocimientos, tecnologías y productos de calidad para que obtenga un mejor resultado.

 

Fuente: Material publicado en la sección «Ganadería Productiva» de la edición impresa Nº 67 – Mayo de Revista Productiva, página 16 y 18

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