Por Willian Miola
Gerente de Negocios de Leche
Granos y Nutrición S.A.
Conocer algunos aspectos relacionados con el manejo de vacas lecheras en el pre y pos parto puede contribuir notoriamente a elevar la productividad en los tambos. De ahí la importancia de tener presente ciertas consideraciones. A continuación, se expone una serie de recomendaciones tras observaciones realizadas en los establecimientos, en especial en la zona de Campo 9, J. E. Estigarribia (Caaguazú)
Una lactación de una vaca empieza en el pre parto. Sin un buen pre parto, no hay buena lactación, que es el ideal deseado. Es una carrera y hay que tener un entrenamiento para llegar y conseguir llegar al éxito. Sin buena preparación, no habrá buena producción. Por ello es bueno tener en cuenta algunos puntos. Entre ellos, preparar animales con dietas específicas. En este sentido, por tratarse de una vaca con poca capacidad digestiva, un animal con un ternero grande no tiene capacidad de estómago para consumir mucho. De ahí que la idea de dieta sea específica como por ejemplo en el tercio final de la preñez, en la etapa de crecimiento del ternero. A ello se suma el hecho que como debe producir calostro, requiere de buena proteína, buena energía, aunque sin una buena capacidad digestiva.
Calcio. Otro punto a observar en el preparto tiene que ver con la producción de calcio suficiente. Por ello, se debe tener en cuenta una dieta aniónica para la vaca. Esto permitirá que el animal cuente con acidez metabólica para solucionar ese problema. La forma más pronta es sacar calcio de su hueso. Va a tener un aporte de calcio en su sangre y se va a acostumbra a producir calcio. Entonces, el día de parto llega con necesidad grande de calcio, porque estará con trabajos como contracción u otras acciones para expulsar ternero, placenta, además de producir leche. Entonces, al estar acostumbrada a esa producción de calcio, le permite tener buena facilidad de parto, se da fácilmente, además de favorecer a la madre en el futuro. Una vaca con problemas de parto, representa problemas reproductivos y productivos, con lo que afecta todo el periodo de lactación.
Empezar antes. Si bien el manejo pre parto se puede dar a los 21 días previos, es recomendable iniciar antes. Alrededor de 30 días previos. De esta forma, el animal podrá consumir todo lo que necesita. La dieta ideal para trabajar ronda entre 10 kg y 15 kg de ensilaje, no más, porque se suplementaría con mucha energía y el ternero crecería mucho, lo cual no es lo deseado. A ello se debe sumar que si la vaca se siente satisfecha, tampoco es bueno, porque debe consumir los nutrientes importantes, por lo que es bueno producir buen concentrado, con buena proteína. Si la dieta final tiene bajas proteínas, la vaca no tiene todo su requerimiento atendido. Lo recomendable es tener 14% de proteína para proveer lo necesario. Además, requiere de la parte mineral, que puede ser vía concentrado, aniónico, y se podría cerrar con un fardo, preferentemente fibra ancha, para una buena rumia. Una observación aquí es que no debe ser de excelente calidad, porque va a tener altos niveles de potasio y fósforo y eso va en contra de las sales aniónicas que usamos en la dieta y termina por afectar todo el sistema de pre parto. El animal termina por no ir a la pastura, debido a ese problema del alto nivel de potasio y fósforo en las pasturas.
Pos parto. El animal recién parido en el pos parto también sigue con esa dificultad de bajo consumo de comida. De ahí que es bueno trabajar con la idea de separar el animal. Sin embargo a nivel local, pero todavía no tenemos esa cultura. Y eso dificulta el arranque productivo de vaca, porque se pone en un lote de baja producción y no tiene todo lo que requiere. La proteína ideal debe ser alta en la época. Si no tiene la parte de energía suficiente, va a afectar mucho en su producción. Se observan tambos en donde este tipo de animal comparte lote con los de alta producción. En ese lote, a veces, la cantidad de comida suministrada es demasiada y afecta bastante la parte productiva. Por ello es ideal separar el animal y que pueda consumir una dieta diferente, que contenga una buena cantidad de minerales, de vitaminas y aditivos.
Esto se recomienda porque el consumo de la vaca es oscilante, con bajo nivel de minerales en la dieta. Algunos días va a consumir pocos minerales y va a afectar la parte productiva y reproductiva. Entonces, es bueno ofrecer un suplemento diferente, con altos niveles de minerales, vitaminas y aditivos. El aditivo permite un mejor aprovechamiento de esa poca comida y proporciona una energía de rápida disponibilidad para la vaca. Esto se da a través de un uso de grasa protegida o un azúcar pronto disponible para la vaca.
Con esto, el animal no busca alguna “solución fácil” como sería “sacar la grasa” de su cuerpo. Esto afecta mucho el sistema, porque al sacar grasa, la vaca que tiene una producción de cuerpos cetónicos, termina por ser candidata a la “Cetosis”, una enfermedad que perjudica bastante la parte productiva del animal. Hay datos de pérdidas de hasta el 20% de la producción por el problema de Cetosis. Para evitar esto, igualmente una salida se da a través de una dieta específica. Finalmente, al trabajar con dietas de alta proteína, de alto concentrado, también pueden aparecer dificultades con la acidez. De ahí que se recomienda el empleo de un tamponante para neutralizar esa acidez y que pueda derivar en un cuadro de “Acidosis”, lo que también puede conllevar a una baja producción de la vaca.
Experiencia local. En establecimientos de la zona de Campo 9, en donde Granusa asiste, se encuentran temas puntuales, por lo que es necesario ofrecer una dieta con bajas cantidades de ensilaje, un buen aporte de fardo, como es lo ideal y ahí, la parte mineral, vía aniónica para que el animal consiga tener buena producción de calcio suficiente. Granusa acompaña la formulación de los balanceados. Para ello, se establecen visitas semanales a los productores, abarcando entre 5 y 6 tambos. Esto permite a los técnicos observar resultados o conocer los puntos en donde se requieren ajustes. Así se establecen las raciones, según el balanceado disponible o, en su efecto, si se requiere de otra formulación, desarrollarla conforme las exigencias de esa unidad productora, puesto que por lo general cada tambo cuenta con una dieta particular. Los resultados en producción de leche fueron, en algunos casos, exponenciales, logrando un incremento de 4 a 5 litros en promedio.
Fuente: Revista Pecuaria y Negocios
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